miércoles, 4 de junio de 2014

Cultura y Sociedad Latinoamericana

CULTURA Y SOCIEDAD LATINOAMERICANA

“No somos europeos, no somos indios, sino una especie media entre los aborígenes y los españoles... Tengamos presente que nuestro pueblo no es el europeo... que más bien es un compuesto de Africa y América que una emanación de Europa; pues que hasta España misma deja de ser europea por su sangre africana, por sus instituciones y por su carácter. Es imposible asignar con propiedad a qué familia humana pertenecemos... el europeo se ha mezclado con el americano y con el africano, y éste se ha mezclado con el indio y con el europeo. Nacidos todos del seno de una misma madre, nuestros padres difieren en origen y en sangre...”
                                                           Simon Bolívar, Discurso de Angostura, 15 de febrero de 1819.

Algunos conceptos claves en relación a este tema son:

·         TRANSCULTURACIÓN: Es un término que fue utilizado por primera vez  por el antropólogo cubano Fernando Ortiz, quien buscó enfatizar el sentido recíproco de las influencias culturales entre lo autóctono y lo” otro”. Este término supone el rechazo de otro término que se venía usando, la “aculturación” que consiste solamente en adquirir una distinta cultura. La transculturación implica también necesariamente la pérdida o desarraigo de una cultura precedente, una parcial “desculturación”, y además, significa la consiguiente creación de nuevos fenómenos culturales que pudieran denominarse “neoculturación”. Según Ortiz en todo abrazo de culturas sucede lo que en la cópula genética de los individuos: la criatura siempre tiene algo de ambos progenitores, pero también siempre es distinta de cada uno de los dos.

“Yo puedo decir con seguridad que soy portugués, indio, negro, judío, una mezcolanza. Latino, claro que sí, y marcado por la cultura francesa; africano, por supuesto, con toda la magia llegada de las costas africanas; indio, por supuesto, recién salido de la selva virgen. Así es la latinidad brasileña: soñamos con Cervantes y con Camoens, pero cantamos en lengua yoruba y bailamos al son de los tambores... Nos alimentamos de sémola de mandioca, de leche de coco y de aceite de palma; todos, alimentos de indios y de negros. Y los mezclamos con aceite de oliva y vinagre portugués...”
(Jorge Amado) 
                                                                                                        ·         MESTIZAJE:
Mestizaje es el encuentro genético y cultural de razas diferentes en donde éstas se mezclan dando origen a nuevas. Se utiliza con frecuencia este término para describir el proceso histórico sucedido en Latinoamérica que llevó a su estado racial y cultural actual.                  
·               SINCRETISMO: hace referencia al sistema filosófico integrado por elementos que son fruto de la unión y conciliación de doctrinas distintas. Se denomina sincretismo religioso al proceso a través del cual un culto cobra identidad propia a partir de la convergencia de ritos y creencias Provenientes de diferentes tradiciones religiosas. Tal es el caso de algunas religiones africanas que llegadas a América a través de la esclavitud, por ejemplo, han incorporado elementos del catolicismo y otros credos como los amerindios, dando lugar a diferentes religiones sincréticas.

·         HIBRIDACIÓN: El concepto de hibridación abarca conjuntamente mezclas interculturales que suelen llevar nombres diferentes: las fusiones raciales o étnicas denominadas mestizaje, el sincretismo de creencias, y también otras mezclas modernas (entre lo artesanal y lo individual, lo culto y lo popular, lo escrito y lo visual en los mensajes mediáticos), que no pueden ser designadas con los nombres de las fusiones clásicas, como mestizas o sincréticas. Sin embargo, sigue siendo conveniente emplear estos vocablos para denominar el aspecto específico de ciertas hibridaciones, sus periodos históricos e identificar sus contradicciones propias.
La mezcla de colonizadores españoles y portugueses, luego ingleses y franceses, con indígenas americanos, a lo cual se añadieron los esclavos trasladados desde África, volvió al mestizaje un proceso fundacional en las sociedades del llamado nuevo mundo. En la actualidad menos del 10 por ciento de la población de América Latina es indígena (el porcentaje es menor en Estados Unidos y Canadá). La presencia de lo indígena es mayor demográficamente en Bolivia, Perú, Ecuador y Guatemala, y tiene enorme fuerza en esos países y en otros, como Colombia y México, donde mantiene influencia en el patrimonio tangible e intangible actual, e incluso crece gracias a movimientos de re-etnización de las relaciones sociales. Por tanto, la composición de toda América requiere la noción de mestizaje, tanto en el sentido biológico -producción de fenotipos a partir de cruzamientos genéticos- como cultural: mezcla de hábitos, creencias y formas de pensamiento europeos con los originarios de las sociedades americanas. Pero ese concepto es insuficiente para nombrar y explicar las formas más modernas de interculturalidad.
Durante mucho tiempo se estudiaron más los aspectos fisiognómicos y cromáticos del mestizaje. El color de la piel y los rasgos físicos siguen siendo decisivos para la construcción ideológica de la subordinación, para discriminar a indios, negros o mujeres. Sin embargo, en las ciencias sociales y en el pensamiento político democrático el mestizaje se centra actualmente en la dimensión cultural de las combinaciones identitarias. En la antropología, en los estudios y en las políticas culturales la cuestión se plantea como el diseño de formas de convivencia multicultural moderna, aunque estén condicionadas por el mestizaje biológico.
La palabra hibridación aparece más dúctil para nombrar esas mezclas en las que no sólo se combinan elementos étnicos o religiosos, sino que se intersectan con productos de las tecnologías avanzadas y procesos sociales modernos o posmodernos. 
La globalización acentúa estas tendencias de la modernidad al crear mercados mundiales de bienes materiales y dinero, mensajes y migrantes. Los flujos e interacciones que ocurren en estos procesos han debilitado las fronteras y aduanas, la autonomía de las tradiciones locales, y propician más formas de hibridación productiva, comercial, comunicacional y en los estilos de consumo que en el pasado. A las modalidades clásicas de hibridación, derivadas de migraciones y viajes, de las políticas de integración educativa impulsadas por los Estados nacionales, se agregan las mezclas generadas por las industrias culturales.

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